En los últimos años, la evolución tecnológica ha ido acompañada de dos conceptos anexos que proporcionan a nuestro entorno un impulso en la calidad de vida: confianza e innovación. La transformación digital ha instaurado un mundo en el que convivimos con vehículos autónomos, fábricas inteligentes, ciudades totalmente conectadas, y donde el uso adecuado de grandes volúmenes de datos nos proporciona información valiosa. Pero, ¿somos conscientes de las amenazas que rodean estos avances?