Europa no tendrá una legislación propia contra las noticias falsas

La Comisión Europea no elaborará una legislación propia para combatir las noticias falsas, tal y como se ha hecho eco el diario El País. A pesar de que en los últimos meses se había trabajado en crear una normativa que pusiese coto a las injerencias contra los países miembros, la comisaria de Agenda Digital, Mariya Gabriel, da por hecho que no habrá una legislación como tal, aunque sí presentará varias propuestas a lo largo del mes con la vista puesta en las próximas elecciones europeas fijadas para 2019.

Según explica el medio, el organismo se está viendo sometido a presiones por parte de distintos lobbies tecnológicos que no quieren ver restringido su negocio en el Viejo Continente. Sin embargo, se ha demostrado que ha habido injerencias a través de la difusión de noticias falsas en las últimas elecciones francesas, durante el Brexit y en el llamado ‘procés’ catalán. De hecho, el informe Freedom of The Web ha llegado a contabilizar hasta 30 Estados que se han valido de la Red y de las plataformas sociales para intentar socavar los cimientos de las democracias mediante la desinformación dirigida a sus ciudadanos.

“Estos cambios tecnológicos han sido tan rápidos que no puedo confirmar que nuestra democracia se haya puesto al día”, llegó a declarar Margrethe Vestager, comisaria de competencia de la Unión Europea. La política ha conformado la alianza ALL For Democracy, un movimiento europeo de coordinación para defender los valores de las instituciones.

Un fenómeno entre la seguridad y la libertad de expresión

España, que también se ha visto salpicada por estas injerencias, ha abierto un debate político que oscila entre la defensa de los derechos fundamentales como la libertad de expresión y la defensa de la democracia tal y como la conocemos. De hecho, no son pocos los políticos que abogan por crear en el país un órgano regulador propio del mundo digital o incluso de un Ministerio para la digitalización.

Asimismo, son muchos los expertos que tratan el desafío como de un campo propio de la ciberseguridad. El 50% de los ataques cometidos durante el año pasado no se basaban tanto en la sofisticación sino en el intento de engaño.

Fuente: http://www.computerworld.es