Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), anima a liberar el potencial innovador de Europa, pues a su juicio eso será clave tanto para liderar las nuevas tecnologías como para integrar la IA en las industrias actuales con el objetivo de que puedan mantenerse en primera línea.
Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE) y ex primer ministro italiano, ha presentado el informe sobre la competitividad, también llamado ‘Informe Draghi’ o El futuro de Europa. Competitividad. Parte A: una estrategia de competitividad para Europa. Este informe es consecuencia del encargo recibido en 2023 por la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen.
Uno de los ámbitos que Draghi considera claves para reactivar el crecimiento en Europa es la necesidad de que ésta reoriente profundamente sus esfuerzos colectivos para cerrar la brecha de innovación con Estados Unidos y China, especialmente en tecnologías avanzadas. Tal y como destaca en su informe, “Europa está atrapada en una estructura industrial estática, con pocas empresas nuevas que surjan para competir con las industrias existentes o desarrollar nuevos motores de crecimiento. De hecho, no hay ninguna empresa de la UE con una capitalización bursátil superior a 100.000 millones de euros que se haya creado desde cero en los últimos cincuenta años, mientras que las seis empresas estadounidenses con una valoración superior a 1 billón de euros se han creado en este periodo”.
A su juicio, el problema radica en que “esta falta de dinamismo se autoalimenta”. Es más, como el expresidente del BCE recoge en el informe, “como las empresas de la UE están especializadas en tecnologías maduras en las que el potencial de avance es limitado, gastan menos en investigación e innovación (I+i): 270 000 millones de euros menos que sus homólogas estadounidenses en 2021. Los tres mayores inversores en I+i en Europa han estado dominados por empresas automovilísticas durante los últimos veinte años. Lo mismo ocurría en EE.UU. a principios de la década de 2000, con las empresas automovilísticas y farmacéuticas a la cabeza, pero ahora las tres primeras son tecnológicas”.
Es en este punto en el que recomienda aprovechar el potencial de la inteligencia artificial (IA) para reducir la brecha con respecto a EE. UU. y China. “Con el mundo en la cúspide de una revolución de la IA, Europa no puede permitirse quedarse estancada en las “tecnologías e industrias medias” del siglo pasado. Debemos liberar nuestro potencial innovador. Esto será clave no sólo para liderar las nuevas tecnologías, sino también para integrar la IA en nuestras industrias actuales de modo que puedan mantenerse en primera línea·.
Por eso considera que “un elemento central de esta agenda será dotar a los europeos de las capacidades que necesitan para beneficiarse de las nuevas tecnologías, de modo que tecnología e inclusión social vayan de la mano. Si bien Europa debe aspirar a igualar a EE.UU. en términos de innovación, debemos aspirar a superar a EE. UU. en la oferta de oportunidades de educación y aprendizaje de adultos y de buenos empleos para todos a lo largo de toda la vida”.
Causas del retraso
En opinión de Mario Draghi, Europa está malgastando sus recursos comunes. “No colaboramos lo suficiente en innovación, a pesar de que las inversiones públicas en tecnologías de vanguardia requieren grandes reservas de capital y los efectos indirectos para todos son sustanciales”, critica en el informe.
De ahí que “el objetivo del informe sea una nueva estrategia industrial para Europa que permita superar estos obstáculos”. Máxime cuando, tal y como refleja en el informe, “el principal motor de la creciente brecha de productividad entre la UE y EE. UU. ha sido la tecnología digital, y actualmente Europa parece abocada a quedarse aún más rezagada”.
Mario Dragui considera que la principal razón por la que la productividad de la UE se distanció de la de EE. UU. a mediados de los noventa fue su incapacidad para capitalizar la primera revolución digital liderada por Internet, tanto en términos de generación de nuevas empresas tecnológicas como de difusión de la tecnología digital en la economía. “De hecho, si excluimos el sector tecnológico, el crecimiento de la productividad de la UE en los últimos veinte años estaría prácticamente a la par con el de EE. UU. Europa está rezagada en las tecnologías digitales de vanguardia que impulsarán el crecimiento en el futuro. Alrededor del 70 % de los modelos fundacionales de IA se han desarrollado en Estados Unidos desde 2017 y solo tres hiperscalares estadounidenses representan más del 65 % del mercado de la nube mundial y europeo. El mayor operador europeo de la nube solo representa el 2 % del mercado de la UE. La computación cuántica está llamada a ser la próxima gran innovación, pero cinco de las diez principales empresas tecnológicas del mundo en términos de inversión cuántica tienen su sede en Estados Unidos y cuatro en China. Ninguna tiene su sede en la UE”.
La IA, una oportunidad para Europa
Aunque Mario Draghi se lamenta que es probable que algunos sectores digitales estén ya “perdidos”, Europa aún tiene la oportunidad de capitalizar las futuras oleadas de innovación digital. En el informe destaca que “es probable que la desventaja competitiva de la UE aumente en la computación en nube, ya que el mercado se caracteriza por continuas inversiones de gran calado, economías de escala y múltiples servicios ofrecidos por un único proveedor”.
Sin embargo, a su juicio, hay múltiples razones por las que Europa no debe renunciar a desarrollar su sector tecnológico nacional. “En primer lugar, es importante que las empresas de la UE mantengan un punto de apoyo en ámbitos en los que se requiere soberanía tecnológica, como la seguridad y el cifrado (soluciones de “nube soberana”). En segundo lugar, un sector tecnológico débil obstaculizará el rendimiento de la innovación en una amplia gama de campos adyacentes, como farmacia, energía, materiales y defensa. En tercer lugar, la IA -y en particular la IA generativa- es una tecnología en evolución en la que las empresas de la UE aún tienen la oportunidad de labrarse una posición de liderazgo en determinados segmentos. Europa ocupa una posición fuerte en robótica autónoma, con alrededor del 22% de la actividad mundial, y en servicios de IA, con alrededor del 17% de la actividad. Pero, por lo general, las empresas digitales innovadoras no consiguen escalar en Europa ni atraer financiación, lo que se refleja en una enorme brecha en la financiación de fases posteriores entre la UE y EE. UU.”.
Por eso considera esencial “la integración “vertical” de la IA en la industria europea”, pues considera que “será un factor crítico para desbloquear una mayor productividad”. Y si bien las estimaciones cuantitativas de los efectos de la IA sobre la productividad agregada siguen siendo inciertas, ya hay indicios claros de que la IA revolucionará varias industrias en las que Europa está especializada y será crucial para la capacidad de las empresas de la UE de seguir siendo líderes en su sector”.
Fuente: https://www.computerworld.es/