Fuente: www.cnnexpansion.com Fecha: 24.03.2009
Enemigo 1: Eres flojo
Eres de los que ‘a veces’ llega tarde al trabajo, el primero en retirarte y faltas los lunes y viernes?
Por supuesto que el que no cumplas tus objetivos y metas no es tu culpa, porque tuviste problemas con la computadora, nadie te ayudó a hacerlo o seguro las instrucciones no fueron claras… (escribe tu excusa favorita aquí).
"La mayoría de los empleados quieren un ascenso, pero son pocos los que luchan por él. No se puede pedir una retribución cuando el manejo de carrera es poco o nada profesional", afirma el director general de Bumeran,com México, Mateo Cuadras.
Antes de comenzar a quejarte, analiza concienzudamente lo que estás haciendo mal, te sorprenderá descubrir que puedes ser tu principal saboteador.
Enemigo 2: Haces tu trabajo “bien”
tal vez no seas flojo, siempre llegas en tiempo y forma a tu trabajo y haces lo que se te requiere de acuerdo a tu sueldo.
En cualquier momento, no sólo en la crisis, esto puede ser un problema.
"Hacer un trabajo ‘aceptable’ o ‘adecuado’ suele bastar para mantener tu plaza, pero no es suficiente para alcanzar puestos con mayor responsabilidad y jerarquía", asegura la directora general de Hewitt México, Rosa María Farell.
Recuerda que si tú no te esfuerzas por la compañía, ésta tampoco lo hará por ti, señala la asesora laboral y autora del libro Carreras de ensueño (Dream Careers), Catherine Goulet.
Enemigo 3: No destacas lo suficiente
"Hacer un buen trabajo no es suficiente para escalar laboralmente. Es necesario saber que se tiene lo necesario para ser un líder", asegura la directora general de Manpower México y Centroamérica, Mónica Flores.
Una buena técnica para mejorar tu empleabilidad es hacerte visible ante tus jefes, que son los que deciden quién asciende y quién no.
Expertos en asesoría laboral recomiendan involucrarte en proyectos esenciales para la compañía, presidir comités o contribuir con tareas de RH y compartir el crédito cuando se obtiene las metas del trabajo en equipo. Por ejemplo, puedes escribir una nota o mail felicitando el esfuerzo de los participantes, así tu nombre no pasará desapercibido y te percibirán como líder.
Enemigo 4: Tener poca diplomacia
Es bueno destacar, pero no de manera negativa.
"Si eres conflictivo, te quejas por todo, sólo ves problemas y en general haces que la vida de tus compañeros y de tu propio jefe sea más difícil, lo más probable es que crean que te hacen un favor al despedirte", señala el administrador de empresas de la Universidad Autónoma de México, Carlos Díaz.
Ningún trabajo es perfecto, y los compañeros pueden sacarte de quicio algunas veces, pero debes tener cuidado de no volverte un problema para tu compañía, pues lejos de obtener un ascenso, seguro deberás comenzar a buscar un nuevo empleo.
Enemigo 5: No subestimes tareas
Hay empleados que hacen un trabajo deficiente porque creen que las tareas asignadas son mediocres o de poca importancia.
Por ejemplo, algunos creen que corregir un error en un informe, tomar llamadas de clientes importantes o verificar que todo funcione antes de una presentación es perder el tiempo. "Algunas personas se excusan pensando que harían un mejor trabajo si les dieran encargos de mayor responsabilidad, no toman en cuenta el aprendizaje de un trabajo duro", agrega Cuadras.
Si tu superior cree que no puedes hacerte cargo de tareas ‘de poca importancia’, jamás te permitirá asumir mayores responsabilidades.
Enemigo 6: Tu jefe no te suelta
Por desgracia existen casos en los que los empleados son demasiado buenos, y aunque ello debería ser una gran ventaja, si eres el mejor asistente que tu jefe ha tenido es poco probable que quiera dejarte ir.
Los expertos recomiendan que ayudes en la transición. Lo primero que debes hacer es informarle a tu jefe que tienes intenciones de seguir creciendo en la empresa, hazle saber que no lo abandonarás, y que le ayudarás en buscar un empleado excelente que ocupe tus antiguas responsabilidades.
Enemigo 7: No tienes la imagen correcta
Dicen que una imagen vale más que mil palabras… y es cierto. Aunque lo importante es las cualidades y habilidades laborales, descuidar tu imagen personal y profesional es un grave error.
"Si la persona se viste demasiado informal y habla con sus superiores como si estuviera en una fiesta con sus amigos aunque se trate de asuntos profesionales, no es de extrañar que no lo ubiquen como un posible gerente", asegura el experto en diseño de imagen corporativa, David Navarro.
Otro punto que debes cuidar es tu imagen online, sí, esa que sacas a la luz en redes sociales como Facebook y MySpace. Aunque sean sitios de esparcimiento, asegúrate de que tus jefes no ven las fotos en las que actúas bajo grandes cantidades de alcohol.
Enemigo 8: No eres tú, sino la empresa
Si estás en una compañía que maneja poca rotación de personal o tiene un presupuesto ajustado que limite el desarrollo de tu carrera, las posibilidades de ascender serán limitadas.
"En tiempos de crisis es difícil obtener grandes aumentos salariales, por ello las empresas están buscando formas creativas de compensar a sus empleados", dice el socio director de Towers Perrin México, Ignacio Cano.
Si crees que no hay posibilidades de que te aumenten el sueldo, considera nuevas formas de reconocimiento y plantéalas a tu jefe; puedes pedir un acceso al estacionamiento de la empresa, un mejor lugar de trabajo, un día libre o incluso apoyo para capacitarte. Recuerda que en el pedir está el dar, ¡inténtalo!, podrías sorprenderte con los resultados.