El estudio “The real future of work”, llevado a cabo por Gallup, destaca entre sus conclusiones que el 36% de los empleados españoles afirma que las nuevas herramientas y tecnologías han cambiado la definición de su puesto trabajo.
El ratio varían ligeramente por sectores y por tamaño de empresa. Por ejemplo, en las empresas con menos de 100 empleados, el 33% de la plantilla ha experimentado cambios derivados del uso de tecnologías emergentes, mientras que en el caso de las empresas con 5.000 empleados o más el porcentaje es diez puntos porcentuales superior. Es probable, señala el estudio, que en todos los sectores económicos, el número de trabajadores que deba hacer frente a tales cambios vaya creciendo a medida que la tecnología basada en la inteligencia artificial se extienda a otros ámbitos.
Los trabajadores han percibido el cambio que imprimen las tecnologías en sus trabajos y eso que el 67% reconoce que necesita formación para mejorar sus habilidades, por lo que los directivos de Recursos Humanos deberán centrarse cada vez más en buscar oportunidades de capacitación de la plantilla, acorde a sus necesidades de la organización. En este sentido, » en la mayoría de los casos, el objetivo es perfeccionar las aptitudes que ya tienen y utilizar las fortalezas específicas de cada empleado para optimizar el uso de las nuevas tecnologías”, explica el consultor de la compañía, Gerard Taboada.
Los empleados, según la firma, deben complementar sus habilidades con otras nuevas para acceder a sectores o puestos con pocas posibilidades de automatización y maximizar su rendimiento y los jefes deben velar porque los cambios que se vayan a introducir para facilitar la integración de las tecnologías vayan acompañados de la formación necesaria para que los empleados sepan después trabajar con ellas.
La responsabilidad del manager
Para que las empresas puedan optimizar correctamente sus recursos de formación, es fundamental que cuenten con buenos managers. Cuando estos también actúan como mentores aumenta la posibilidad de ajustar las necesidades de la empresa a las cualidades de los empleados y surgen oportunidades de formación con un mayor potencial. Si los trabajadores están acostumbrados a vivir en una cultura de cambio la probabilidad de que se sientan amenazados o abrumados cuando se les exija una adaptación, será menor.
El estudio de Gallup sugiere que los ejecutivos y los managers deben esforzarse más por transmitir la idea de que los cambios a corto plazo se ajustan a una visión más amplia y a largo plazo del futuro de la empresa. Sólo un tercio de los empleados de España, Alemania, Francia y Reino Unido no duda en afirmar que sus directivos tienen definido un rumbo claro para la empresa, y un 21% comenta que los directivos les contagian su entusiasmo por el futuro. Si los trabajadores conocen la misión de la empresa y se identifican con ella, estarán más motivados para adquirir las habilidades que les faltan. Es más probable que los trabajadores digan que necesitan formación para hacer mejor su trabajo si están de acuerdo en que la misión y el propósito de la empresa les hace sentir que su opinión es tomada en cuenta y su trabajo contribuye a conseguir dichos objetivos.
Fuente: https://www.ituser.es