La catedrática ha sido distinguida como maestra de la XII edición de la Lección Magistral Andrés Laguna de la Universidad de Alcalá.
Una “inteligencia artificial humanista”, que respete los derechos humanos y se utilice responsablemente. Estas son las claves sobre las que Asunción Gómez-Pérez, catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), desarrollaba el discurso de su nombramiento como maestra de la XII edición de la Lección Magistral Andrés Laguna de la Universidad de Alcalá, celebrado el lunes 21 de octubre en el Paraninfo de este centro. La distinción, otorgada por la propia institución junto con la Fundación Lilly, reconoce cada año a una personalidad científica relevante que haya desenvuelto su labor de forma interdisciplinar.
El evento estuvo presidido por el rector de la UAH, José Vicente Saz, quien introdujo además la ceremonia. Saz realizaba un paralelismo entre Andrés Laguna, médico humanista español del siglo XVI, y la propia Gómez-Pérez, y repasaba la incorporación a la Real Academia Española de la catedrática de la UPM, que en 2023 pasaba a ocupar la silla q en la institución. “Allí vela por la coherencia entre el lenguaje humano y el de las máquinas, en el que es experta”.
La encargada de leer el acto de concesión era María Inés López-Ibor, catedrática de Psiquiatría de la Universidad Complutense y patrona de la Fundación Lilly. López-Ibor repasaba la biografía de Laguna, “prototipo de científico humanista del Renacimiento”, para vincularla con el cambio de dirección en la Lección, que desde hace dos años tiene como objetivo “poner de manifiesto que el conocimiento no tiene fronteras y que los distintos campos del saber, separados a menudos artificialmente, se solapan y se enriquecen gracias a su contacto estrecho”. Posteriormente, el profesor José Manuel Sánchez Ron, Académico de Número de la Real Academia Española y catedrático emérito de Historia de la Ciencia de la UAM, realizaba la laudatio de Gómez-Pérez. “Son innumerables las preguntas que suscita la inteligencia artificial y pocas personas están más capacitadas para navegar en ese mundo”, destacaba, “que la profesora Asunción Gómez-Pérez”.
En la intersección entre IA y humanidades
La catedrática de la UPM, quien también es miembro de la Real Academia de Ingeniería, titulaba su lección Inteligencia Artificial: Ciencia y Humanidades. En ella, Gómez-Pérez repasó los vínculos entre lenguaje y pensamiento, en buena línea con su posición como académica de la RAE. “Tres siglos antes de que Alan Turing planteara la pregunta ‘¿Pueden pensar las máquinas?’, René Descartes ya había formulado en su libro Discurso del método la famosa afirmación ‘Pienso, luego existo’. Curiosa coincidencia que ambos emplearán el verbo pensar”. Gómez-Pérez puso de relieve cómo en la cita de Descartes el sujeto es la persona, mientras que en la de Turing lo es la máquina, la actual “computadora digital”. Partiendo de este punto, profundizó en las diferencias entre el lenguaje humano y el lenguaje binario para ponderar si, con este último, es posible desarrollar una IA realmente inteligente y alineada con los valores humanistas.
La catedrática dividía su lección en cuatro partes. En la primera repasaba los orígenes de la inteligencia artificial. “Aprender y razonar son los dos grandes pilares de la inteligencia artificial”, recapitulaba, para distinguir después entre la inteligencia artificial general, aún por desarrollar y que aspira a “imitar por completo todas las capacidades relacionadas con la inteligencia”, y las “muchas inteligencias artificiales específicas que resuelven actividades concretas de forma muy satisfactoria”. A través de un repaso a dos paradigmas de IA, la simbólica y la conexionista, llegaba a los modelos de redes neuronales artificiales y del aprendizaje profundo, a su vez clave para el desarrollo de la IA generativa. “Esta inteligencia artificial es generativa porque genera a partir de contenidos multimedia nuevos contenidos multimedia. Con estas técnicas ya no es necesario que la persona especifique las heurísticas del dominio. El sistema las descubre a partir de los datos de entrenamiento”, destacó.
En la segunda parte del discurso repasaba la relación entre IA y procesamiento del lenguaje natural o PNL, del que subrayó como principal objetivo “la creación de métodos y técnicas y recursos computacionales que permitan a las máquinas tratar el lenguaje humano”. Aquí distinguía entre dos grandes áreas: la parte de comprensión del lenguaje y la de generación del lenguaje. “Los dominios de aplicación de estas tecnologías son múltiples y por ello estamos ante una tecnología transversal”. Gómez-Pérez explicaba cómo las aplicaciones que emplean PNL se construyen “a partir de grandes corpus de documentos y con algoritmos de inteligencia artificial generativa que aprenden patrones numéricos con millones de parámetros y que generan conexiones entre las palabras, las cuales suelen aparecer juntas o relacionadas en los textos”. Esto puede llevar a la pérdida de información poco frecuente y a las alucinaciones que, alertaba, “pueden ir ganando veracidad con el paso del tiempo y pueden convertirse algún día en doctrina”.
A continuación, la catedrática profundizaba en la relación entre IA y descubrimiento científico, centrándose en los últimos modelos. “Cada vez más, la inteligencia artificial generativa se está utilizando en diferentes ramas del saber para generar nuevos descubrimientos”, exponía, para sintetizar: “La inteligencia artificial ayuda al método científico en numerosas actividades, entre ellas la generación de hipótesis, en el diseño de los experimentos, en el análisis de los datos generados en los experimentos y en la validación, ajustes o refutación de las hipótesis”. Gómez-Pérez recordaba los últimos premios Nobel de Física y Química, otorgados a científicos muy vinculados con la IA, para repasar después algunas de las aplicaciones de la tecnología en el campo de la medicina, por el que es más conocido Andrés Laguna. Entre los citados estarían la prevención y el diagnóstico mediante el análisis de imágenes, la construcción de modelos in vitro para la detección de fármacos e identificación de biomarcadores o las mejoras en las capacidades cognitivas o motoras de las personas por medio de chips implantados.
Gómez-Pérez centraba el cuarto punto en la importancia del humanismo y europeísmo en el desarrollo de la IA. “La democratización y la ampliación de la inteligencia artificial facilitan el acceso generalizado a esta tecnología al promover su integración en diversas áreas de la vida cotidiana y económica”. La académica repasaba la normativa europea en inteligencia artificial, de la que destacaba cómo la Unión Europea reconoce que los mismos elementos y técnicas que potencian los beneficios socioeconómicos en el mercado europeo pueden también generar usos que supongan nuevos riesgos para los individuos y para la sociedad en su conjunto. “El reglamento no prohíbe la tecnología, al contrario, el reglamento identifica el daño y el impacto potencial que el uso de la tecnología provoca en los individuos y en la sociedad”, indicaba, para hacer un recorrido por los cuatro niveles de riesgo que propone la norma y lo que incluyen cada uno y destacar cómo otros países y organismos están desarrollando políticas propias.
Finalmente, la catedrática concluía su exposición con dos reflexiones “que evocan la figura de Laguna”. Por un lado, equiparaba las correcciones del médico del siglo XVI sobre traducciones latinas de otros autores con la necesidad, en relación con la IA generativa, de “contrastar los textos producidos por ella con el fin de evitar la difusión de alucinaciones que desvirtúan y alteran la verdadera naturaleza del conocimiento aprendido durante siglos”. Su segunda reflexión se relacionaba con la regulación europea, que pone en el centro a la sociedad. “La ciencia y la tecnología siempre ha avanzado a un ritmo considerablemente más rápido que la legislación y la ética”, recapacitaba. “La utopía tecnológica abre las puertas al descubrimiento científico, a la innovación y al progreso, mientras que la distopía tecnológica suscita temores. Por ello, es fundamental que sigamos avanzando de manera interdisciplinar para conseguir una inteligencia artificial humanista que se desarrolle y utilice con responsabilidad, que promueva y respete los derechos humanos y los derechos fundamentales y también el medio ambiente”, concluía.
Como parte de la distinción, el retrato de Gómez-Pérez será colgado en la Galería de Maestros en la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UAH.