Las administraciones públicas cuentan con una madurez tecnológica superior a la media de los países más avanzados de Europa.
La Administración Pública en España continúa dando grandes pasos en su apuesta por la digitalización para ser más eficiente a la hora de prestar sus servicios a través de tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial, Big Data o herramientas de automatización de procesos, así como la migración a la nube de sus sistemas. Todo ello le permitirá escalar a modelos más seguros, rápidos, sostenibles, personalizados y adaptados al ciudadano en todos sus ámbitos: administrativo, judicial, tributario, social, educativo, etcétera.
Las administraciones deben cubrir la necesidad de los ciudadanos de interactuar de forma ágil, sencilla y desde cualquier lugar, bajo una experiencia de usuario adaptada a un entorno en continuo desarrollo. Los territorios que se sirvan de nuevas soluciones tecnológicas alcanzarán una ciudad inteligente, más sostenible y compartida con la ciudadanía, siendo esta partícipe de su desarrollo y de sus servicios, siempre de la mano de la Administración Pública.
Un ejemplo de ello es el proyecto Smart Logroño llevado a cabo por Minsait. Se trata de una propuesta de gestión de ciudad que incluye las infraestructuras, los recursos materiales y humanos y servicios tecnológicos necesarios para el procesado de datos y la optimización de los procesos de gestión de los servicios urbanos. La solución tecnológica, basada en el big data, facilita al gobierno municipal una visión global para mejorar la toma de decisiones, prioriza las inversiones y puede desarrollar servicios avanzados que ahorran energía, reducen costes de mantenimiento y optimizan la gestión de los servicios urbanos.
Impacto de digitalizar los organismos públicos
A corto plazo, la implantación de proyectos de transformación digital en la Administración repercutirá directamente en un nuevo uso de modelos de provisión de servicios urbanos colaborativos, la innovación público-privada y el intercambio de experiencia, conocimiento y recursos entre territorios. A largo plazo, responderá a retos como la brecha digital, la despoblación en zonas rurales, la lucha contra el cambio climático o la modernización del modelo productivo y social y su evolución hacia una sociedad del conocimiento.
Según Luis Fernández Hernando, director del área de Administraciones Públicas en Minsait, “las administraciones públicas se encuentran en un momento óptimo para afrontar este reto y abordar este tipo de iniciativas. Estas cuentan con una madurez tecnológica superior a la media en lo que respecta a los países más avanzados de Europa, con un recorrido importante desde hace muchos años en proyectos de modernización y digitalización tanto a nivel estatal, autonómico como local. Por todo ello, estoy seguro de que vamos a ver grandes avances en el corto y medio plazo en los principales organismos públicos de España”.
La importancia de la interoperabilidad
Por otra parte, a la visión transversal que proporciona la gestión de datos masivos, es posible potenciar la interoperabilidad de sistemas e infraestructuras y la integración de los datos para favorecer una movilidad más accesible, inteligente, sostenible y colaborativa con eje vertebral el ciudadano.
Estamos observando una tendencia hacia la convergencia entre el mundo físico y el digital, ya que tecnologías como el big data, la inteligencia artificial, el edge computing, el aprendizaje automático, el 5G, la trazabilidad o la automatización, están acelerando la transformación de las ciudades hacia modelos más eficientes, rentables y flexibles, a una interacción entre personas y administración más fluida y personalizada por medio de la unión de la información real y la virtual, y a la contribución de una mayor sostenibilidad en términos de reducción de huella de carbono, economía circular e impacto social.
Por su parte, Minsait cuenta con soluciones digitales ‘data y algorithm driven’ que dan respuesta a los principales problemas públicos y necesidades de mercado, cubriendo toda la experiencia de interacción urbana de los ciudadanos y los visitantes de una manera más organizada y fluida. Además, colabora en el desarrollo de ciudades climáticamente neutras, comprometidas con la reducción de las emisiones de CO2, mejora de la calidad del aire, menos congestión y menos ruido. Estos impactos sostenibles positivos permiten que los ciudadanos incorporen esas prácticas sostenibles en sus actividades diarias.
También promueve, en el ámbito de las ciudades, la implementación de sistemas tecnológicos que permiten interaccionar, técnica y semánticamente, con un Espacio de Datos a nivel nacional como lugar de intercambio de información y conocimiento entre todos los agentes del sector, a modo de sistema nacional de inteligencia urbana que conlleve un salto cualitativo en soluciones urbanas; ámbito en el que España es referente global.
Gracias al big data, las administraciones públicas obtienen datos significativos sobre el impacto económico, la calidad de los servicios, la seguridad ciudadana, el ahorro en agua y la energía consumida en edificios o iluminación pública, la calidad del aire, reducción de los tiempos de resolución de peticiones del ciudadano o el incremento de los ingresos en pequeños comercios.
Un ejemplo de ello es el proyecto llevado a cabo por Minsait en Helsinki, el cual mejora la calidad del aire de la ciudad reduciendo las emisiones contaminantes, o la medición del índice de confort en Amberes para impulsar la actividad del comercio local. Otro ejemplo es el proyecto de plataforma Smart City en Las Palmas de Gran Canaria, el cual está aportando importantes beneficios derivados de su enfoque transversal en la gestión de servicios urbanos, ahorrando en el consumo de agua para riego, mejorando la gestión del aparcamiento, optimizando las rutas de las flotas de vehículos municipales, reduciendo el coste del servicio de recogida de residuos o logrando incrementar la tasa de reciclaje de la ciudad.
Sin duda, la implantación de tecnologías avanzadas como el big data en la gestión del dato permitirá a la Administración Pública seguir avanzando hacia un futuro más inteligente y sostenible en el que la satisfacción y calidad de vida del ciudadano sea un pilar clave.
Para Marcos Pampliega, responsable de Smart Cities en Minsait, “la digitalización de la Administración Pública en España estará basada en la gestión y gobernanza del dato, que marcará un camino hacia la eficiencia, la sostenibilidad y la participación ciudadana real. Nos encontramos en un momento óptimo para afrontar los desafíos de eficiencia urbana a través de la incorporación de tecnologías innovadoras en la gestión de nuestras ciudades; la interoperabilidad de sistemas, el análisis vinculado a la gestión integral del dato y las plataformas Smart City impulsarán nuestras ciudades hacia un futuro más inteligente y sostenible, en el que la satisfacción del ciudadano se convertirá en la prioridad”.