Fuente: www.expansion.com Fecha: 07.08.2009
La reestructuración del sistema financiero español ha comenzado y no sólo por medio de las fusiones de cajas que se empiezan a ver para el futuro próximo, sino también por el lado del adelgazamiento de las plantillas y de las redes de sucursales.
Al cierre del primer semestre, los principales bancos y cajas del país (ver gráfico) habían recortado 9.303 empleos y cerrado 942 oficinas frente al mes de junio de 2008. Esta terapia de choque les ayudó a mejorar su eficiencia (ratio que mide el gasto por cada 100 euros de ingresos, y es mejor cuanto más baja) en 3,96 puntos porcentuales en promedio, hasta el 38,23%.
En estos cálculos, no se incluye Santander que, debido a las compras que ha realizado en el último año (como el 100% de Sovereign, Bradford & Bringley, Alliance & Leicester y varios negocios de financiación al consumo en Europa) registró un incremento neto de empleo de 14.046 personas y un aumento de 1.456 sucursales. A pesar de estas incorporaciones, el primer banco español también logró mejorar su eficiencia en 2,3 puntos.
Las únicas otras dos entidades que no han disminuido sus plantillas son Caja Madrid y La Caixa. La entidad madrileña también se descolgó del resto del lado de la red, ya que no sólo no cerró oficinas, sino que abrió 87 nuevas. Además, ha asegurado que los recortes tampoco entran en sus planes de futuro: «Nuestro tamaño ideal es de 2.300 sucursales frente a las 2.183 que tenemos», explicó hace unas semanas un directivo de la caja. Aun así, la caja mejoró su eficiencia en 3,2 puntos.
El banco que más redujo su plantilla en el último año ha sido BBVA con un 7,5% equivalente a 8.404 empleos.
BBVA lidera los recortes
La mayor pérdida de empleo se produjo en México (3.215 personas); seguido por EEUU (2.106); América del Sur (1.675) y finalmente España (1.369). En paralelo, la entidad ha cerrado 513 oficinas, un 6,9% de su capacidad instalada a junio.
BBVA puso en marcha hace dos años un Plan de Transformación con el objetivo de redibujar su red de distribución y adaptarla al nuevo entorno.
Actualmente, da por finiquitado el programa de reducción de la red, pero no el adelgazamiento de la plantilla. De hecho, su consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, dijo en la presentación de resultados que para la segunda mitad de 2009 hay que esperar el mismo recorte del número de empleos que el que se produjo en el primer semestre (unos 5.300).
Detrás de BBVA se situó Popular, que redujo su plantilla un 3,8% (590 empleos) y cerró 123 oficinas. El banco ya había anunciado su intención de adelgazar su red en unas 300 sucursales hasta 2010, asegurando que este objetivo podría alcanzarse sin necesidad de recurrir a prejubilaciones o a otros planes de ajustes forzosos de la plantilla.
En la presentación de resultados, el director financiero, Jacobo González-Robatto, aseguró que la reducción registrada en el último año se debe a las bajas naturales que no han sido reemplazadas.
Por su parte, Sabadell prescindió de 563 empleados (un 5,8% del total) y cerró 26 sucursales en el último año. La filial de Santander, Banesto, cerró el semestre con 414 empleados y 115 oficinas menos.
Los frutos
El control de costes es vital para la banca en un contexto de crisis, caracterizado por menor negocio y más dificultades para conseguir ingresos. En la primera parte del año, la gran mayoría de entidades logró incrementar sus ingresos más que sus gastos, mejorando así su eficiencia (los datos que dan las entidades no son comparables unos con otros ya que algunas, como Santander y BBVA, incluyen las amortizaciones en el cálculo de la ratio, y otras no).
Caixa Catalunya fue la que consiguió la mayor mejora de eficiencia, de casi 10 puntos porcentuales, seguida por Bancaja, con 7,5 puntos y Bankinter, con un 5,23%. Popular, considerado uno de los bancos comerciales más eficientes de Europa, batió este semestre su propia plusmarca al bajar del 30% (su cálculo no incluye amortizaciones). Sabadell registró un ligero empeoramiento de su ratio, debido a que en el semestre tuvo unos gastos extraordinarios por indemnizaciones. En términos recurrentes, la eficiencia mejoraría del 41,28% al 38,52%.
La necesidad de que el sector financiero español ajuste su capacidad instalada, que consta de 45.689 oficinas (datos de marzo) y 278.301 empleados (datos de 2008), ha sido reiterada en varias ocasiones por el propio Banco de España. Todo deja prever que los ajustes, que según alguna consultora podrían llegar al 30% del total, tendrán que seguir el próximo año, que los expertos auguran aún más duro que 2009 para la banca.
El coste de la reestructuración
Recortar costes también tiene un precio. Los procesos de reducción de plantilla en la banca española suelen hacerse de forma no traumática, ya que se trata de un sector con fuerte presencia sindical.
Las prejubilaciones son la vía más habitual y éstas tienen su coste. Hasta 2004, las entidades podían cargar el coste de estas prejubilaciones contra sus reservas pero, a partir de esta fecha, el gasto va directamente a la cuenta de resultados.
Algunos banqueros creen que esta diferencia puede dificultar la nueva oleada de reestructuraciones que necesita el sector ya que las cuentas, que sufren por la crisis, podrían no aguantar estas cargas adicionales. Las entidades que se fusionen podrán afrontar estos gastos con dinero público, gracias a la intervención del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).