www.rrhhmagazine.com 15.12.2008
El notable descenso de la inflación que se está produciendo va a tener importantes repercusiones en la economía durante los próximos meses, como, por ejemplo, en la negociación colectiva. En la patronal CEOE se han dado cuenta y, por esta razón, se plantean una importante reforma de su estrategia en los convenios de las empresas. Sobre todo, en la política salarial.
La primera y más importante modificación que se plantea la organización patronal es recomendar a sus afiliados que, para los convenios del próximo año, “tengan cuidado” en relacionar la productividad con la subida de los salarios.
Hasta ahora, ésta era la fórmula recomendada por todos los analistas públicos y privados para romper con la inflación como principal referencia de subida de los salarios.
Sin embargo, dos hechos han cambiado drásticamente el escenario de los convenios en 2009. En primer lugar, el fuerte descenso de la inflación debido, fundamentalmente, al desplome de los precios del petróleo.
Desde el verano hasta hoy el barril de petróleo ha bajado de 147 a 44 dólares, mientras el crecimiento interanual de los precios se ha moderado desde el 5,3%, de julio pasado, al 2,4%, de ayer mismo. Incluso, como explicó el pasado jueves José Luis Feito, presidente de la Comisión de Economía de CEOE, las previsiones apuntan a un crecimiento medio del 1% en el primer semestre de 2009.
Por lo tanto, si las empresas aplican una subida salarial teniendo en cuenta el crecimiento de la productividad es muy posible que, al final, las retribuciones suban el año que viene en los convenios por encima de la inflación real y, además, sin necesidad de aplicar en todos los casos la cláusula de revisión. Una situación paradójica para una compañía en medio de una recesión.
Máxime, y este es el segundo hecho importante que puede modificar el escenario de la negociación colectiva, si la mejora de la productividad en las empresas se debe a un efecto “artificial” provocado por la reducción de plantilla que está causando la recesión. Es decir, que la disminución en el número de trabajadores de una empresa sea superior y muy distinta a la caída, o incluso mantenimiento de la facturación.
Es necesario recalcar que la jurisprudencia, incluso del Tribunal Constitucional y del Supremo, tiende a colocar al convenio para el conjunto de los trabajadores, por encima del pacto individual entre la empresa y un empleado. Y, desde luego, éste último nunca puede rebajar las condiciones del primero.
Por todas estas razones, uno de los vicepresidentes de CEOE considera que, en este contexto de reducida inflación, “la productividad se ha convertido en un concepto perverso”, si se relaciona con los salarios. Incluso, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, teme que la productividad pierda su eficacia como referencia de moderación de los salarios.
Así, y tras analizar la pésima evolución del desempleo, Solbes ha pedido a la patronal y los sindicatos que no aprovechen la evolución de la productividad, como consecuencia de la reducción de plantillas, para subir los salarios por encima de una inflación real que, a expensas de la evolución del petróleo, tal vez pueda acabar el próximo año en el 2%.
Solbes hace esta advertencia porque la productividad es uno de los criterios principales que, desde 2002, utilizan la patronal y los sindicatos en su acuerdo anual para la negociación colectiva.