Fuente: www.cnnexpansion.com Fecha: 08.06.2009
¿Por qué te fuiste de tu otro empleo?
Esta pregunta suele ser la más emocional y difícil, sobre todo si fuiste despedido.
Si no estás preparado para responderla pasarás un mal rato, y en el peor de los casos, arruinarás la entrevista pensando todo el tiempo que no estás dando una buena impresión.
Prepara una respuesta que sea verdadera, pero que no dé una mala imagen de ti, de la empresa o de algún ex jefe o compañero.
La explicación debe ser breve, no más de dos o tres oraciones. Luego deja de hablar. No trates de extenderte o desarrollar el tema, porque lo único que lograrás es que te hagan más preguntas.
¿Por qué te interesa nuestra empresa?
La idea es que sean ellos quienes piensen cómo encajarías en la organización, no tú.
La estrategia para tener éxito en una entrevista laboral consiste en ser la persona que el entrevistador quiere que seas, dentro del límite de tus propios talentos. Esto se logra al prestar atención a las indicaciones respecto de qué desea escuchar nuestro interlocutor, y responder adecuadamente.
Lo que todos los entrevistadores buscan es la respuesta a la pregunta básica de por qué deberían contratarte a ti en vez de a los otros seis candidatos igualmente calificados.
La forma en que reflejes la imagen del candidato ideal determinará si te contratan o no.
No mientas, en la actualidad los empleadores investigan y le dan más peso a la ética profesional, así que cualquier falsedad se volverá tu enemiga.
¿Qué hiciste bien en tu otro puesto?
Lo que el entrevistador realmente desea saber es qué puedes hacer por la empresa, qué tan eficaz eres y si le ocasionarías o no problemas.
Cita ejemplos específicos de logros anteriores. Es importante que enumeres los puntos que deseas mencionar, así que una buena técnica es memorizarlos.
Si te concentras en puntos específicos, darás la impresión de eficiente y profesional, no de un fanfarrón. El 60% de la gente que pasa por una entrevista laboral no consigue la oferta debido a que no saben venderse.
Excepto para los candidatos a los niveles de entrada Juniors o básicos, el empleador va a estar mucho más interesado en tus antecedentes laborales que en tu formación universitaria. Claro que debes mencionar tu preparación académica, pero primero debes hablar de tus logros en el trabajo.
Tus puntos fuertes y tus debilidades
Esta es una de las preguntas estereotipadas más antiguas de las entrevistas laborales y aunque es difícil, puedes aprovecharla para obtener beneficios.
Al responder concéntrate en tus fortalezas y evita las debilidades. Lo importante es recordar nunca decir nada negativo sobre ti mismo.
De pequeños nos enseñan a ser modestos, pero esta actitud no tiene cabida en una entrevista competitiva por un empleo.
Incluso declaraciones ‘inofensivas’ como "No tengo paciencia para la ineficacia" puede ser tomada como una señal de que tienes mal genio, eres severo con los subordinados o no sabes manejar una situación difícil sin perder la calma.
¿Cuál sería tu empleo ideal?
Si hablas de un trabajo que obviamente no es el que la entrevista requiere, el reclutador deducirá que no te interesa esa vacante y de inmediato te desestimará en sus consideraciones.
Son muchas las personas que pierden así una buena oportunidad laboral.
Háblame de tus jefes anteriores
No critiques a tu empleador actual o a los ex, porque darás una mala impresión. Tampoco te vayas al otro extremo y atribuyas a tus supervisores todo el mérito por tu éxito profesional.
Pon especial énfasis en los ejemplos de iniciativa y liderazgo, en aquellos en los que hayas creado o dirigido un proyecto o un programa hasta una conclusión exitosa, o en los que hayas conseguido idear alguna nueva contribución para mejorar la rentabilidad de la empresa.
La mejor manera de darle una buena impresión al reclutador en perspectiva es hablando de la manera en que mejoraste la rentabilidad de tus ex empleadores.
¿Cuánto deseas ganar?
Pero si el entrevistador toca el tema, no puedes darte el lujo de ignorarlo. Una respuesta posible sería decir que el empleo es más importante que el dinero, y que deseas hablar más a fondo acerca de tus habilidades y capacidades.
Cuando efectivamente llegue el momento de tratar la negociación salarial, evita mencionar una cifra específica. Si es demasiado alta, el empleador no te tendrá más en consideración. Si es demasiado baja, habrás pecado de modesto y puede perjudicarte.
Simplemente di cuál era tu último y deja que el empleador haga su oferta.